sábado, 5 de septiembre de 2009

Papapapapapapa... papá

Estamos en la bonita fase de las primeras palabras, y mi ruido de fondo constante es un bello balbuceo, que va desde el tatatatatatata, a combinaciones imposibles. Pero llevamos dos días que parece ser que comenzamos a llamar a las cosas por su nombre: papá. Es maravilloso ver la cara que se les pone cuando comienzan a llamar a las cosas/personas por su nombre. Esa sonrisa de orgullo y la cara babeante de su padre no se me olvidarán en la vida. Ahora cada vez que le ve entrar grita como loca: papá papapapapapapapapapaáaaaaaaaaa y el papá intenta aguantar la lagrimita traidora que se nos escapan a todos los padres cuando nuestros retoños van haciendo sus logros.

Y yo soy la mujer más feliz del mundo, porque las dos personas a las que más amo en este mundo ya se comunican entre ellos. Muchas madres se reconcomen porque lo dan todo por sus hijos para que luego se lo "paguen" nombrando primero al padre, que sólo colaboró con una semillita. Será que el padre de mi hija es mi otra mitad, que sufría conmigo cada una de las contracciones, que aguanto las mil idas a urgencias, que pasó incluso más noches en vela que yo, y que es todo un padrazo, y que se lo merece, que tontería!

Pues eso, que ya tenemos papá, a ver cuando le da por el mamamamamama... mamá!

1 comentario:

  1. buenisimo el post! el tema es que hayan tantas mujeres criandolos solas casi, hombres que no son como el tuyo (y como creo que seria el mio, si fuera madre, porque en todo es un compañero ideal), entonces tambien las entiendo a ellas, que se sienten solas y necesitan que el niño "las quiera mas" o "hable primero para ellas" para no rendirse.

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